Recife no ha perdido su vocación de centro cultural y hoy alberga algunas de las colecciones más curiosas, como las del Brennand, que merecen una visita.

Francisco Brennand creó su taller en 1971 sobre las ruinas de una alfarería de principios del siglo 20 y lo transformó en un conjunto arquitectónico monumental y muy original. Su material es la cerámica, ya sea para uso práctico o en la creación de grandes esculturas que ocupan y decoran un insólito museo al aire libre.

El segundo Brennand, que se llama Ricardo, reunió su colección de objetos histórico-artísticos de diferentes orígenes y diferentes épocas de la historia en un conjunto arquitectónico de estilo medieval que alberga una de las mayores colecciones de armas blancas del mundo, con más de 3,000 piezas, la mayoría de Europa y Asia, producidas entre los siglos 14 y 15. También cuenta con una Pinacoteca y una biblioteca, que cuenta con más de 60 mil volúmenes, que datan del siglo 16. No en vano recibió, en 2015, el título de mejor museo de América Latina y el 19º del mundo, por el Travelers ’Choice de Trip Advisor.

Recife es la metrópoli nororiental, donde no faltan las opciones de ocio, itinerarios culturales con exposiciones de arte, espectáculos, teatro, una variada vida nocturna con música regional, rock y MPB. La ciudad aún se destaca como el segundo centro médico y comercial de Brasil, elegida como la mejor capital del Noreste para hacer negocios, según una encuesta de una empresa nacional enfocada en inteligencia de mercado, y que tiene en el turismo de negocios más de un tercio de sus transacciones comerciales.

El carnaval de Recife es famoso, especialmente en el sábado de Zé Pereira, cuando el Galo da Madrugada, el bloque de carnaval más grande del mundo, gobierna la fiesta. Y a lo largo del evento el Recife Antigo se convierte en un gran atractivo, con más de 400 asociaciones carnavalescas, personas vestidas en las calles al son del frevo, que emocionan a personas de todas las edades y de todos los lugares.