Estamos llegando a la última etapa de nuestro viaje por Pernambuco y esperamos cerrarlo con broche de oro porque ahora visitaremos uno de los lugares más bellos de Brasil: el archipiélago de Fernando de Noronha.

Para llegar a Noronha, como se lo conoce cariñosamente, es necesario volar desde Recife o Natal, recorrer 375 km de la costa brasileña y disfrutar de uno de los paisajes más bellos de la Costa Atlántica.

Hay una regata de vela que, en una de sus etapas, sale del continente rumbo a Noronha. Pero el medio de transporte a la isla es por avión, con vuelos que parten desde Recife o Natal.

Formación del Archipiélago Fernando de Noronha

El archipiélago, de origen volcánico, está formado por seis islas mayores y 14 rocas inaccesibles, rodeado de aguas cristalinas, uno de los mares más limpios del planeta, con una visibilidad de 30 o más metros, rico en peces multicolores. Las tortugas marinas en peligro de extinción eligieron Noronha para el desove y la alimentación (es una de las sedes del proyecto TAMAR) y los delfines se han apropiado de una bahía, llamada Golfinhos, como su resort privado para descansar y aparearse. Es privado porque ningún barco y / o buceador puede ingresar a esta bahía.

Historia de Fernando de Noronha

Avistado por primera vez entre 1500 y 1502, su descubrimiento se atribuyó a una expedición liderada por el explorador Fernão de Noronha, quien más tarde lo recibió como donación, en forma de capitanía hereditaria, pero curiosamente no tomó posesión de sus tierras en el exterior. Imagínense eso… Ser dueño de Fernando de Noronha y ni siquiera ir allí... Por eso fue ocupada por los ingleses, franceses y holandeses entre los siglos 16 y 18. No fue hasta mediados del siglo 18 cuando a la Capitanía de Pernambuco se le dio la tarea de poblar la isla y expulsar a los invasores.

Entre 1938 y 1945, período del Estado Novo (Getúlio Vargas), y desde 1964, en la Dictadura Militar, Fernando de Noronha fue prisión política. En 1942 se convirtió en territorio federal, era en medio de la Segunda Guerra Mundial y a los estadounidenses se les permitió usar la Isla como base militar. Ellos construyeron el aeropuerto local como parada de la ruta aérea Natal-Dakar. Con el fin de la guerra la administración del aeropuerto fue devuelta al gobierno brasileño y en 1988 se incorporó al territorio de Pernambuco.